¡Malditos botonejos!

Madre mía, llevo toda la mañana intentando que aparezca un botón de «menéame» debajo de mis entradas. No, no lo busques, si no he podido… No funciona nada, ni «¡Abracadabra!», ni «¡Alakazam!», ni «¡Mecachis en los Monegros!». He estado tentada de tirar el portátil por la ventana un par de veces, pero luego he pensado que podría darle a alguien, y si por casualidad me cayera bien, qué marrón, ¿no? El botón de menéame sirve para que cada vez que lo pulses acumule votos y aparezca en un ranking de una página que, casualidades de la vida, se llama menéame.net Tal vez te parezca una chuminada pero es MI chuminada y la quiero. Ya lo conseguiré, no te preocupes, y cuando lo haga… ¡Tiembla, mundo!

¡Pero tengo una buena noticia, he conseguido que salga un botón a la derecha para seguir el blog! Me he tenido que pelear un rato con el WordPress, con la madre que lo trajo y hasta con la frutera, pero lo he conseguido. Si le das al botón te enviarán una notificación por mail cada vez que yo ponga algo nuevo en el blog, estornude o me rasque la nariz. ¿No es maravilloso? …¿No? Pues es lo que hay. Oye, que me ha costado mucho, respeta un poco, ¿vale? Y úsalo, que va muy bien para el dolor de espalda.

Que sepas que llevo 397 visitas al blog, no seas ranci@ y dile a tres amiguetes que se conecten, así llego a las 400 visitas y dejaré de mirarlo cada cinco segundos.

Hablando de otra cosa, acabo de poner el árbol de navidad en casa, tiene tantas bolas que no me extrañaría que se rompiera el suelo y le cayera al vecino de abajo, sobre el pesebre, al grito de «¡Abajo los reyes magos!». Ya, ya lo sé, ¿y a ti qué te importa? No sé, hij@, teniendo en cuenta que este blog, en general, no te aporta nada, ni el secreto de la felicidad, ni el secreto de cómo hacer pasta (eso pregúntaselo a un cocinero italiano), ni nada de nada, no sé qué quieres que te diga… A lo mejor te sirve para hacer ver que trabajas en el curro, ahí, concentradísim@ en la pantalla. A lo que iba, ahora cuando alguien se meta conmigo le voy a decir que mi árbol navideño tiene más pelotas que él. A menos, claro, que tenga una serie de tumores cojoneros en racimo (precioso de ver, eso sí, sobre todo si le pone lucecitas). En ese caso le remitiré al circo Raluy.

Anuncio publicitario
Esta entrada fue publicada en ¿Por qué a mí? Diario de una escritora y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a ¡Malditos botonejos!

  1. requefer dijo:

    Pues, ahora que releo el post… No te diré que no…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s