El mercado está muy mal…

Tengo algunas amigas que, por más que lo intentan, no hay manera de que encuentren una pareja normal. Misión imposible. Yo, de verdad, si no lo hubiera visto con mis propios ojos no me lo creería. Ellas son chicas normales, simpáticas y monas, ¿eh? No sé que pasa, pero en la franja de los 30 a los 40 hay mucho tío raro suelto… Claro, los mirlos blancos están todos pillados y no los sueltan, tienes que ir a la repesca. La repesca consiste en buscar entre tíos que salen de una relación, y salen casi todos rebotados, resabiados y/o amarsopados. A veces, se rumorea que salen mutilados… Y alguien tiene que decirlo, a alguno de estos congrios, si le han dejado, ¡por algo será, leñe! El otro día quedé con una de mis amigas, que está comenzando a salir con un chico y está encantada. “¿Y cómo es?”, le pregunté. “¡Es normal!” exclamó ella con los ojos brillantes (esto es verídico). Esto no puede ser, si bajamos tanto el listón terminaremos pidiendo a los Reyes Magos que nos traigan un reloj Casio con calculadora, de esos que intentas pulsar el 5 y le das al 4, al 5 y al 8, y te sientes como si en lugar de dedos tuvieras morcillas de Teruel. De cebolla.

Todo esto que te cuento se puede aplicar también a las mujeres, claro, y además con un agravante. Una chica se maquilla bien, se plancha el pelo, se pone un wonderbra y un buen escote, y unos tacones de esos que te tienes que sacar un carnet para conducirlos, y parece algo (no entremos en qué parece…), queda resultona. Puede parecer hasta espectacular (si queda demasiado espectacular, seguramente es un tío). Casi cualquier chica, ¿eh? Te sorprenderías. Bueno, y casi te diría que con el escote tiene suficiente, porque los tíos ya no van a mirar otra cosa, se crea un campo gravitatorio centrado en el canalillo que atrae todas las miradas… Luego ves a la chica en cuestión a las nueve de la mañana, recién levantada, con una melena leonina que parece Van Halen, la cara lavada y el pijama de gatitos y perritos (¡No, no es sexy, tíralo ya! ¡He dicho YA!) y te crees que has dado con la modelo que posó para pintar el Ecce Homo. Y qué bajita es, la jodía, es un inverosímil cruce entre un gnomo y un troll… Ahora entiendo por qué David el gnomo salía corriendo en cuanto veía a un troll.

Lo que quiero decir es que las mujeres engañan mucho (presuntamente), sólo tienes que ver esas balsámicas fotos de actrices sin maquillar que pululan por la red (¿qué os creíais, divas? Esto os pasa por andar por ahí molando por encima de vuestras posibilidades) y que a las simples mortales nos tranquilizan enormemente. Con los hombres, al menos, lo que ves es lo que hay, aunque a veces quieras arrancarte los ojos y lanzarlos al mar. En fin, si tienes pareja abrázala/le fuerte, fuerte, y átala/le a la pata de la cama, que ahí fuera… Estamos en crisis.

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