Dicen que hay más suicidios en estas fechas, que en estos días uno se pone tontorrón (haces mohines a lo gato de Shrek hasta que alguien pone los ojos en blanco y te abraza por pena), que mira a su alrededor esperando encontrar esas escenas de paz y amor delante de un pavo asado que salen en las películas americanas y que se deprime al encontrarse con la realidad (es decir, al tío Kirico haciéndole un calvo a tu padre porque ya no tiene argumentos para rebatirle. ¡Que “Empollo Armani” no es una marca, esa camiseta la has comprado en el mercadillo, Kirico!). Tienes que saber que lo que sale en las películas… ¡es mentira! Para empezar, el pavo de navidad está, por definición, seco no, lo siguiente. Está prohibido tirarlo al mar, ¿lo sabías? Absorbería toda el agua y convertiría el océano Pacífico en un solar lleno de raspas de pescado (muy “salao”, eso sí). Las sobras del pavo se utilizan en la industria química como papel secante.
En las comidas navideñas la gente discute, si no, ¿qué gracia tendría? ¿De qué estarías cotilleando el resto del año, a ver? No te agobies si la navidad no es tan bucólica como te han vendido… ¡Son días de fiesta, aprovéchalos y haz algo de utilidad, como jugar a Minority Report con huesos de aguacate!
Piensa que a tus padres les haces una faena gorda si te suicidas, ellos confiaban en ti para que les pagaras una buena residencia. ¿Acaso creías que te tuvieron desinteresadamente? ¿Tú en qué mundo vives, por qué crees que siempre te comían la olla para que sacaras buenas notas y estudiaras una buena carrera? ¡Para pagar su residencia! Tu padre quiere una enfermera de gran “pechonalidad” que le cambie los pañales y le ponga cremita para que no se escueza con muuuucha dedicación, y tu madre quiere que le ponga bien los cojines un mozo veinteañero vestido con tanga. ¿Y ahora, qué, cómo van a costearse el pornogeriatrico? ¡Ya no están en edad de tener más críos, tú eras su única esperanza! Y encima tendrán que pagar el entierro, menudo marrón (lo haces aposta para fastidiar, ¿verdad?). Y no me vengas con eso de que tú no pediste que te tuvieran. Cuando sólo eras un espermatozoide bailongo cargado de cadenas de oro y un óvulo obeso, fofo y vago, ¿quién te crees que pensó que sería divertido pegar las dos partes con superglue para que pudieras nacer? Bueno, en realidad nadie estaba pensando en eso en la parte de atrás de aquella furgoneta, pero ¿quién te ofreció su útero cuando no eras más que un zarrapastroso embrionejo homeless? Tu madre no recuerda que le hicieras ascos, te agarraste allí cual cría de alien y luego te hiciste tan grande que para sacarte fue un cristo ( como un alien, también). No, no, no das ninguna pena, y si vas a suicidarte deberías habérselo dicho desde los 10 años, para que no se gastaran el dinero en comprarte yogures y galletas de marca. Total, si te vas a suicidar… ¿Qué mas te da comer galletas “Moreo”?
De todas maneras te advierto que mucha gente que se suicida luego se arrepiente. Sobre todo los que se lanzan al vacío desde un quinto piso, durante la caída siempre les viene a la cabeza algo importante como “Mierda, si el sábado he quedado, no me da tiempo de enviar un whatsapp para anularlo”, “No me he acordado de sacar el perro a pasear” o “¿Cuando cerró los ojos y se acercó a dos milímetros con lo morros en pompa, estaría esperando un beso?”, justo antes de despanzurrarse. Un mal rollo. Luego te vienen con lloros. ¡Demasiado tarde, has quedado como una ensaimada de Mallorca y el perro se ha escagurciado por toda la casa! Por no hablar de tu colega, que ha recibido un extraño whatsapp tuyo exactamente a la hora del óbito diciendo “El sábado no podré venir, estoy con gripe :_( ” Ti@, por una vez que tenías una buena excusa de verdad, patrocinada por Funespaña, hay que ser majader@… ¡No me vengas con que no tuviste tiempo de pensar nada mejor!
Espero haberte desincentivado si querías suicidarte pero si no lo he conseguido, procura no salpicar, ¿vale? Ah, y no dejes una de esas notas de despedida, con ver tu cadáver ya captamos el mensaje, ¿te crees que somos tontos? Ya sabemos que no sueles dormir la siesta con la cabeza metida en el horno.
Por cierto, ahora tengo cuenta en twitter, pero como no sé cómo poner un botonejo que te guíe hasta allí… ¡Malditos botonejos! Vamos, que me llamo @ReQueFer y puedes seguirme tranquilamente porque camino muy despacio.
Me encantaaa1!!!!!!
😀 😀 😀 😀 😀
Gracias, me alegro de que te guste.