Dientes de esparto

Tengo ante mí un bocadillo de queso pasado por la plancha, fundido, buenísimo, y no sé cómo me lo voy a comer. Ayer fui por tercera vez al dentista para terminar una endodoncia (matar un nervio), y lo peor es que tengo que volver. ¡Cuatro visitas para matar el nervio, sí que es duro de pelar! El caso es que tengo la cara que me palpita como una patata frita y casi no puedo masticar, me duele como si tuviera peta-zetas dentro de la muela. Miro el pan crujiente, calentito, recién hecho, y me veo pasando tres horas para roerlo, a lo Chip y Chop, con el hambre que tengo. Y me está entrando una mala leche… Estoy con unos niveles de ibuprofeno en sangre que no pueden ser legales, y me salen los antibióticos por las orejas, podría curar una meningitis por imposición de manos. En serio, antes he metido un dedo en el yogur y los bífidus se han muerto de golpe. ¿Será un superpoder? ¡Ha nacido Antibiotic Woman, el terror de los bacilos!

No lo entiendo, yo me lavo los dientes cada día desde que era un espermatozoide vacilón que saltaba de huevo en huevo, ¿por qué me salen caries? Hay gente que no se los lava y no tiene (tampoco tiene amigos, ¡menudo alientazo porquiciento!), igual las bacterias cariocas (Japutensis karaoke) lo ven demasiado fácil y piensan que es una trampa. Cuando estén todas poniéndose en plan gordo de «El sentido de la vida”, seguro que aparece uno de esos colutorios que te explotan en la boca (según el anuncio, así es. Creo que se inspiraron en “Demolition man” para rodarlo) y a tomar por el jurjo las bacterias, los dientes, la lengua y una cuarta parte del cráneo. Y te queda la boca como a Steven Tyler, de Aerosmith, el único tío que puede meterse un pie en la boca, con lo útil que es eso…

A lo mejor mis dientes son del todo a cien, no sé… ¡Mira!, al final, royendo, royendo, me he terminado el bocadillo. Era pequeñito pero lo bueno, si breve, dos veces bueno… ¿Quién dijo semejante tontería? Voy a volver a tener hambre en breve. ¿Entonces, qué, dos veces hambre?

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4 respuestas a Dientes de esparto

  1. Yo tenía la boca perfecta, ni caries ni dada. El caso es que me apareció un quiste por un diente que me rompieron de pequeño, ni quieras saber los dos años y pico que pasé haciéndome cosas en la boca. El caso es que al poco de empezar el calvario me preparé un bocata enorme, y cuando fui a darle el primer bocado me dí cuenta de que no podía, entiendo perfectamente lo que dices, es horrible.

  2. Gus dijo:

    Desde ayer que me tropecé con tu blog me he enterado de ….. que te cansan las frases de Confucio escritas en twitter, que no tuviste mucha marcha en fin de año, que tu nevera es un ecosistema en si mismo, que tienes un nervio que parece un espartano en las Termópilas, que te sientes culpable por la cantidad de tiempo que dedicas a las redes sociales y que quizás para solucionarlo te has hecho seguidora mía en twitter … en donde nunca escribo nada.
    Todavía no sé lo que cuenta tu novela, aun no la he leído. Pero me siento casi casi en la obligación de escribirte ahora porque ayer tus verdades vestidas de tonterías y tus tonterías-tonterías me regalaron unas risas y me alegraron la tarde. Y ya sabes, es de bien nacido ser agradecido.
    Escribir en internet supone que no sabes quién te leerá o siquiera si te lee alguien, ¿le estoy hablando a la nada? … queda esa sensación.
    Pero siempre hay alguien al otro lado.
    Gus

    • requefer dijo:

      Hola, Gus, respecto a lo de Twitter… Sí, esperaba que pusieras alguna cosilla pero no te preocupes, nadie es perfecto. Cuando yo me di de alta (no hace mucho, por cierto), mi twitter era como la nada en el vacío cósmico.
      Me alegro que haya alguien al otro lado de la pantalla, aunque por más que miro sólo veo el comedor de mi casa, y me alegro más de conseguir que alguien se ría. Cada día cuesta más reírse (yo, a veces, tengo que ponerme unos ganchos en las comisuras de los labios y atarlos a las orejas para conseguirlo).
      ¡Un abrazo, Gus!

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