¡Vale, vale, vale! ¿Qué ha pasado? Hoy, vía twitter, vía blog y vía cuchillo jamonero en el cuello me habéis pedido que cuelgue otro capítulo de «Al otro lado de las llamas». Vaya, me siento entre halagada y acojonada, ¿así es como debe de sentirse Justin Bieber?
En fin, que al final he sucumbido ante tan abrumadoras peticiones y voy a colgar el capítulo 7 un lustro antes de lo previsto (para hoy os iba a deleitar con un compendio de tipos de almorranas, pero tendrá que esperar…), PERO…
NO OS ACOSTUMBRÉIS, esto sólo os funcionará una vez (ésta, no sé si lo pilláis). A medida que me convierto en una estrella de la literatura me vuelvo más capulla y egocéntrica (es inevitable), y voy a dedicar el resto de la semana a hacerme la manicura de manos, pies y tentáculos, así que no pidáis más, sólo las entradas de rigor explicando cómo me he roto algún hueso.
Dicho esto, os agradezco una vez más el interés (se lo he tenido que enseñar a mi pareja porque no me creía, se pensaba que tendría que subirme la medicación para las alucinaciones) y ahora me voy a ir flotando a ver a mi Nenuca, que está berreando con su voz dulce y cristalina.
Pinchacillo en este punto para leer el capítulo 7.
Tal como Kendra con el herbolario: solo difundiré el blog, si sigues publicando los capítulos siguientes.
Mentiiiiiira, lo difundo igual, pero ya estoy esperando ansiosa el capítulo 8.
Saludos
Blanca
¡¡Dije que no cedería a más amenazas…!!! Bueno, publicaré más.