Y después del 8… ¡Sí, ya puedes leer un nuevo capítulo!

Ya falta muy poquito. Tengo el ISBN encargado. He hecho la última corrección en la novela (y si hay más, pues ahí se quedan, que ya lo he repasado mil veces. ¿Es que no conoces el encanto de la imperfección?), la he imprimido para volver a registrar la versión corregida, recauchutada y mentolada de «Al otro lado de las llamas», y ahora me queda pelearme con la tapa. Creo que ya sé lo que voy a hacer, pero es tan cutre que mejor no digo nada y te sorprendo, como cuando entras en el baño y descubres que alguien ha hecho sus necesidades contra un ventilador en marcha. ¡Sorpresa!

Si eres diseñador gráfico o conoces a alguno, tal vez podrías orientarme un poco antes de que me suicide. ¿Qué haces, palomitas? ¿Para qué? Ah, para ver cómo me suicido. Vale, tí@, yo tambien te quiero…

Pero no me olvido de ti, y te adelanto el capítulo 9 para que se confirmen tus temores: <SPOILER> Una vaca irrumpe en el pueblo y se los come a todos. Ya te lo imaginabas, ¿verdad? El resto del libro es un ensayo sobre los malos vientos emitidos por rumiantes <FIN SPOILER>.

Qué breve soy hoy, pero no tengo mucho tiempo, he adoptado un toro de lidia y no veas lo que me ha costado meterlo en su jaulita. Míralo, qué simpático pateando la muñeca hinchable que le he puesto, vestidita de sanfermines. Es más cariñoso… La está dejando como un colador, a la pobre, esta muñeca en vez de tener la boca en forma de «o», la tiene en forma de «ay». Y me mira mal, lo presiento.

Anuncio publicitario
Esta entrada fue publicada en Al otro lado de las llamas y etiquetada , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s