¡Hoy es el día de la mujer trabajadora! Sí, quedamos 3 o 4 todavía… y con la sensibilidad de una patata frita nuestros jefes nos hacen ir a trabajar como cualquier otro día, y no nos hacen una fiesta con regalos, ni nada… ¿Alguien me puede explicar exactamente en qué se diferencia este día de cualquier otro? Bueno, aparte de que todo el mundo me da unas palmaditas en la espalda para felicitarme por tener curro todavía. Con tanto hostión disfrazado de congratulaciones me han desplazado una vértebra, creo. Me sale un bultito al lado del esternón…
Además, en Barcelona ahora hace un sol espatarrante, los pájaros cantan, el mar está en calma, los bacalaos tapizan la calzada… (uy, parece que ha habido un accidente con el camión de la pescadería) Vamos, que ahora mismo me iba a la playita a pasear por la orilla y ver las gaviotas volar en picado directas a mis ojos (desde que un estudio ha demostrado que 2 de cada 3 peces en realidad son compresas flotando se han pasado a los humanos. Será porque 2 de cada 3 son unos besugos). Qué paz…
Vaya, estaba soñando despierta. Un tío me ha preguntado dónde guardamos el dinero sacándome de mis ensoñaciones y le he indicado amablemente. Qué feo es, la alimaña, y eso que lleva pasamontañas… En fin, yo a lo mío. Ahora mis compañeros se ponen a gritar y a correr, ¿qué pasa? ¡¿Nos habrán dado al fin el día de fiesta?! Parece que sí porque se han ido todos, sólo queda el chusco del pasamontañas, que está vaciando la caja fuerte a dos manos. Ya era hora de que alguien se llevara el montón de chapas y botones que hay dentro, hombre. Pues nada, le saludo educadamente y me voy. ¡Al final va a ser un buen día!
Al otro lado de las llamas 
Así empezó spiderman. Solo que el no era mujer trabajadora porque estaba estudiando, aunque sí que parece que tuviera muchas hormonas, pero de las buenas, no de esas que hace que te salga pelo en los pezones ni tampoco de esa que hace que luego cuando fríes los filetes se encojan como por arte de magia. Bueno pues lo dicho, felicidades a spiderman y un tiro en un ala a las gaviotas peperas.
Ay, me has hecho reír y se me ha colocado la vértebra en el sitio. ¡Gracias Phil!
A mandar quefefér!