Anoche mantuve una apasionante conversación sobre macroeconomía con un ratón de campo llamado Gladys. Ahora que lo pienso, algo me dice que tomé demasiado el sol en mi primer día de playa… Aunque parezca mentira, sí, ayer hizo un solete agradable y pizpireto en Barcelona y pude disfrutar de él en la playa. Tuve ocasión de comprobar que a mi hija no le gusta nada la arena, cuando la dejé descalza en el suelo me recordó al caballo de Atreyu en el pantano, hundiéndose lentamente mientras me miraba con esos ojitos de perrillo lastimero que no sé a qué can infeliz le habrá arrancado.
En fin, mañana se acabó lo que se daba pero hoy todavía es fiesta, así que voy a aprovechar para hacer todas esas cosas que nunca tengo tiempo de hacer: pintarme la cara como un componente de Kiss y salir al balcón empuñando un ukelele, reconstruir las cáscaras de los pistachos con pegamento y mezclarlos con los buenos para hacer más bulto (juraría que alguien lo hace en las fábricas, un 20% de las cáscaras están vacías por dentro y nadie lo investiga. ¿Otro caso de corrupción en el picoteo?), mordisquear el canto de un mueble… Lo típico. ¿Por qué me miras así, es que no te gusta Kiss?
Tengo que decir que aunque no me he ido de vacaciones a ninguna parte he disfrutado de esta semana santa como un gato en la cocina del restaurante de Ratatouille (este gag me lo ha chivado Gladys). Aparte de que he comido como una desgraciada bajo el lema “es que estoy de vacaciones” (mi báscula no se ha mostrado nada comprensiva al respecto), me lo he pasado muy bien. Hay que aprovechar estos momentos, que todo en esta vida es finito… Bueno, la cintura de Falete, no. ¡Carpe diem!
Quisiera dedicar más tiempo al caso de los pistachos (mi abuela los llama “pestachos” y, la verdad, me quita las ganas de comérmelos) pero me han deslizado una bolsa de idems a cambio de mi silencio. Sin cortar.
Por cierto (esto es como la tortura de la gota china) si quieres conseguir “Al otro lado de las llamas” pincha aquí si estás en España y aquí si estás fuera.
lo siento… jajajajajaja, es que sólo imaginarte en el balcón con la cara pintada como esos de Kiss… jajajajaja, está bien, pero mejor todavía mordiendo un mueble, mientras de rato en rato pegas las cáscaras de los pistachos, qué más quieres?? jajajaja
Yo mientras tanto sigo alucinando con el libro, sí, bueno, con el tuyo, claro, que ya lo tengo en un libro electrónico, un kindle, o sea, la que me has montado, ja mía!! :), porque me viene de perlas, y no me voy a aprovechar, tranquiiiila, pero es que estoy aprendiendo mucho con esto de editar libros electrónicos; pero lo que te decía, tu libro, geniecilla, eh! :), está MUY bien editado, -y escrito, claro- se ve todo perfecto, y poco a poco voy sacando todos los libros que tengo ahí guardados, todo un invento esto del libro electrónico, rápido, ligero, tremendo.
Que compren el libro de esta Señora tan salá que mola mucho!!!! 🙂
Un abrazo.
Alvaro… Te tengo que subir el sueldo un día de estos.
Ahora me estoy peleando para sacarlo en papel, también en Amazon, pero necesito un código de identificación fiscal para tributar en EEUU que ya veremos cómo lo consigo. Si lo saco adelante y te interesa publicar en papel ya te explicaré.
¡Besotes!
jejejeje 🙂
Pues interesar me interesa, pero como sea como publicar en bubock o en el otro, lulu… bufff, qué fracasos más estrepitosos, que no le echo la culpa a nadie más que a mi, claro, pero la explicación de los formatos, medidas y demás no lo veo nunca claro; ahora estoy empezando a verlo claro, pero para los electrónicos y con la plantilla de bubock que ya tenía bajada de hace tiempo, pero imagínate re-re-editar 50 libros o más… se me hace una montaña, pero como la del everest es pequeña jajjaja.
Bueno, suerte con todo y a seguirrrrr!!!! 🙂
Besote