El Starbucks o lo conocido en lo desconocido

Me gusta mucho viajar, y sé que aunque esté en la otra punta del mundo hay una cosa que no cambia: el Starbucks. No me preguntes por qué, pero yo me voy a Tokio o a Nueva York, a Roma o a Londres, y cuando quiero sentirme un poco como en casa me meto en el Starbucks y siempre puedo pedir lo mismo, con el mismo sabor natural del pote, los mismos muffins que pueden terminar con tu vida si te los metes en la boca de golpe, los mismos precios abusivos… Y digo que no me preguntes el motivo porque cuando estoy en Barcelona (mi madriguera natal) no me meto en un Starbucks ni que me maten. Me parece caro, pijo y para guiris, mejor me voy a una tasca. El Starbucks es para pringados…

No sé, igual soy un poco rara, igual la venenosa nube de wifi (las moscas caen como idems) que flota en el local me tranquiliza cuando me siento insegura con el idioma (el japonés me sale muy de Villacorchete de los Mangurrinos), no sé.

Un día estaba un paisano (al que no conocía, pero definitivamente era un ejemplar de ibérico) pidiendo un café con leche en un Starbucks de Londres y me acerqué por detrás justo para oír al dependiente preguntar (en pitinglish, claro): “¿Para tomar aquí o para llevar?”, y él: “Tamaño grande. Gran-de” (en perfecto español). Sí, era de esos que se piensan que si dices las cosas lo bastante lento todo el mundo entiende el castellano pero estando en un Starbucks, ¿qué es lo peor que le podía pasar? ¿Que no le pusieran la leche desnatada? ¿Y para qué, si luego se pidió toda la bollería del local con la técnica de apuntar con el dedito?

Para otros la piedra angular de sus viajes es el McDonalds, que también es omnipresente, pero como también es hipercolesterolero procuro evitarlo. Y… sí, el payaso ese me da miedo… Bueno, que me voy por las ramas. Y yo me pregunto ¿por qué no hay una cadena española que extienda sus tentáculos a lo largo y ancho del mundo (mira, podrían poner pulpito a la gallega, tanto tentáculo)? Sí, ahí está Zara, pero no me voy a pasar el viaje comiendo trapos… Zara, que estoy harrrrrta de ver en todas partes, también me atrae como los bombones de chocolate a los escarabajos peloteros cuando estoy fuera. Total, luego entro y me encuentro la misma camiseta medio sucia, medio desbocada y medio rota (ah, no, que es así) que en casa.

Un momento, por favor… Em… Me están comentando que los escarabajos peloteros no empujan bombones de chocolate… Vaya, acaban de confirmarme que es mierda… Pues menudo asco, yo creo que el mundo sería un poquito mejor si llevaran bombones (me voy a quejar a dios, esto de hacer el mundo en 7 días… luego todo son apaños de mierda).

Oye, no me has dicho nada del título, que es mu profundo. ¡MU!.

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7 respuestas a El Starbucks o lo conocido en lo desconocido

  1. Am dijo:

    El agradecimiento por el ingenio compartido, gracias por compartir tu ingenio y hacernos reír.

  2. Candela dijo:

    Bueno, he terminado tu novela e indecisa entre salir a la calle desmelenada pancarta en mano al grito de «segunda parte, segunda parte» o «estoy a favor de las pestañas», ya no se lo que quería jalear.. he decidido seguir los consejos de un gran amigo y psiquiatra de confianza y dejarte una critica en amazon, con sus correspondiente compartir en facebook y esas cosas. Y para que veas que no todo es hacerte la pelota diré que la novela, me ha gustado, a la vista está , pero he hechado en falta algo mas de descripciones minuciosas de esas que no te gustan, sobretodo en la parte botánica que tan importante es para la niña Kendra en la primera parte del libro.

    • requefer dijo:

      Hola Candela.
      Qué bien que te haya gustado (eso, eso, hazme publicidad, que la vida está muy dura). Tienes razón con lo de las descripciones, no me gusta enrollarme y enroscarme durante hojas y hojas hablando de temas paisajísticos, pero he intentado que no se echaran de menos detalles (que sepas que he tenido que hacer un esfuerzo, que yo soy de: Kendra nació, creció, se reprodujo cual cucarachilla y murió. Fin.).
      Segunda parte no hay pero tengo otra novela ambientada en el mismo mundo (otra gente, otros pollos…). Pronto en los mejores cines 😉
      Besotes!!!

  3. Álvaro dijo:

    Bueeeeno, Vanessa jejejeje, al menos esto te sirve para conocer a alguien que NO sabe lo que es un starbucks de esos, ¿mola eh?, sí sí, no sé lo que es; un macdonalds sí, porque esa M así en plan redondo a ver quién no la ha visto alguna vez, pero no entro… en realidad NO entro en ningún establecimiento de tomar algo, yo lo tomo en mi casa y tranquilo, sin tener que escuchar el barullo, en menor o menos menor medida, y además a mi aire, sin tener que decir luego con la mano levantada, «¡me cobras!», porque ya lo he pagado en el super y me lo pongo yo y tal y tal 🙂

    Voy a buscar lo que es eso de starbucks… nooo, que ya me imagino que será un sitio donde sirven algo de tomar, pero es que me dejas así en la duda de cómo serán. Noooo, no soy un sociópata, al menos de los que salen en las pelis jejejejeje

    Ah!, que el escarabajo pelotero NO sólo lleva mierda en la bola que hace, digamos que es una forma despectiva de denominar al común de la porquería, por ejemplo: tengo vecinos que llaman mierda a las hojas que caen de los árboles, y los árboles no cagan, así que lo que cae de los árboles son hojas, cortezas del cambio del tronco, semillas, pétalos de sus flores, los frutos, pero todo eso NO es mierda; la mierda que cae de los árboles puede ser efecto de la defecación de un pájaro, generalmente palomas, mirlos y gorrionciglios, pero éstos hacen de vientre muy poquiiito, pues eso 🙂

    Buena tarde!!! 🙂

    • requefer dijo:

      ¿No conoces Starbucks? Pues no te pierdes nada, son unas cafeterías que te ponen siropes en el café, te cobran como si fuera un café con final feliz y están en todas partes (a lo McDonalds). En Nueva York hay uno en cada esquina.

  4. Álvaro dijo:

    Jolines, qué despistáo estoy, si recuerdo ver uno en la Calle Mayor, pero como no he entrado… es como que no existe jajajaja; es como Loewe, que sabes que es una marca, pero que te da un poco de yuyu pensar en que por comprarte cualquier trapillo te van a hacer levantar las manos y como que no jajajaja.

    Y a Nueva York no he ido nunca, es que las manzanas podridas es mejor que estén siempre bien aisladas jejejejeje, y desde que vi pactar con el diablo… por los dioses, no no no 🙂

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