¿Sabes esta gente que te asalta por la calle para hacerte una encuesta? Seguro que te ha pasado, tú vas caminando distraíd@, procurando no pisar las líneas de las baldosas, cuando te asalta una mujer (generalmente) que lleva una carpeta con papeles. “¿Tienes más de 18 años?”, pregunta indecisa. Más maja… Ya te ha ganado el corazón, y vas a hacer todo lo que te diga aunque sea votar a Toni Genil en las elecciones generales. En cambio, si te pregunta si tienes menos de 50… ¿Qué se ha creído, la monicaca esta? Le pegas una patada voladora en el plexo solar y te largas soltando espumarajos por la boca. Y algún «pa luego».
A lo que iba, la desconocida hace que la sigas al interior de un hotel, se mete por unas escaleras descendentes y extrañamente desiertas y te lleva ante una puerta. Vaya, ahora se te ocurre que de cada 4 encuestadores, uno es un solomillo de ternera… (¿?? Perdón, es que aún no he comido) Quiero decir que de cada 4 encuestadores, uno es un secuestrador/psicópata/sociópata, más conocido como encuestrador (y si además es alopécico, encuestrador calvo cabrón). Bueno, pronto lo vas a saber. La puerta se abre con un gruñido y…
Ante ti hay una amplia sala con varios ordenadores y otros tantos encuestadores haciendo preguntas a amables ciudadanos que han sido atados a las sillas con bridas de plástico. Ahora les dan a probar una patata frita, luego un yogur… ¿Ta güena la sardina en escabeche? ¿Y si la mojo en mermelada de cereza? ¿Mejor así o con pintura satinada de color verde pistacho? Otra cosa no tendrán pero de las encuestas sales comido y eructado. Y además te regalan una botellita como de minibar con aceite de colza (detallazo).
Una vez, en una de estas encuestas me dieron a probar unos bizcochitos de calabacín (esto es REAL) y tengo que decir que aunque no me los hubiera comprado en la vida (¿bizcochitos de calabacín? ¿Estamos locos?) cuando los probé me encantaron. Lo malo es que nunca salieron al mercado. Desde entonces vago por las estanterías de los supers buscando algo similar en vano… A veces me como un calabacín con magdalenas pero no es lo mismo…
Por cierto, más que nada por tener una idea. ¿Qué te gusta más, libro en tapa dura o tapa blanda? Tapa dura es más señorial pero más incomodo, y más caro. Tapa blanda es más de bolsillo pero termina como la declaración de independencia de los EEUU (la original, se entiende). Ya me dirás.
¡Te respondo a lo de la tapa si me das algo de degustación!
Si te refieres a que te de algo de comer, te advierto que las medias lunas con foie-gras pierden mucho cuando se envían por correo…
Si te refieres a la novela, los primeros capítulos están colgados en el blog!!!! Pasa el ratón por encima de la sección «Al otro lado de las llamas» y se abrirá un desplegable que…
Da igual, me rindo. Pincha aquí!
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Oh, ayer te contesté esta parida y hoy veo tu comentario y por fin entiendo el chiste. Creo que estoy falta de jalea real.