No sé qué pasa, este mes de agosto se han disparado las ventas de mi novela (por si no lo sabías, he escrito una novela, se llama “Al otro lado de las llamas” y es lectura obligada en todos los hogares del planeta. Échale un ojo calzándote este link). Veo que al final lo que mejor funciona es el boca a boca, la gente que lo lee lo recomienda y eso parece que vale mucho más que mis insistentes amenazas.
Este viernes comienzo vacaciones y, como suele pasar, el tiempo, tan elástico, tan relativo, tan chusma él, se eterniiiiiiza. Aparentemente estamos a miércoles pero yo llevo ya dos meses desde el lunes por la mañana, aquí aguantando mecha. De verdad, me he dejado una lima en el bolso porque a la que me descuido tengo a los del record Guiness siguiéndome por lo de las uñas más largas del mundo.
Esto no puede ser, tengo que hacer algo para amenizar estos dos días… (¡dos días!) que me quedan para alcanzar el nirvana y largarme del curro impulsada por enérgicos cortes de mangas. Tal vez podría sacarme un máster o un doctorado, tiempo tengo… No sé. Ayer la pared se rio de mí porque estaba más morena que yo. Denigrante. Yo le dije que lo que está es muy guarra, pero no lo pensaba de verdad. Me siento mal, mañana me disculparé, no me gusta estar a malas con las paredes.
Bueno, un entretenimiento sí que tengo, ayer se me comieron los mosquitos al pil-pil y hoy he estado rascándome furiosamente hasta los higadillos. Tengo unas ronchas enormes y rojas como pimientos (pimientos rojos, se entiende), y ahora además, exfoliadas hasta el hueso. ¿Por qué vienen a mí los bichisoises, será por la calidad de mi sangre, hecha artesanalmente desde 1979? Y si mi sangre está tan rica, ¿por qué no aparece un vampirillo de esos buenotes a libarme? Un vampiro entrevistado a poder ser, no de esos que van al insti y no se sacan el bachillerato, que llevan repitiendo más de 100 años (vergüenza debería darles).
Vampiro de instituto, te recomiendo un módulo, un FP… Dos hostias bien dadas tampoco te vendrían mal.