Me parece MUY sospechoso este fenómeno fan que gira en torno al fútbol (o frúbol, como dice mi abuela). Yo miro el campo y veo veintidós tíos musculados, de piernas poderosas y torsos sudorosos, poniendo toda su energía en… correr detrás de una pelota. ¿No es sospechoso, qué hay dentro de la pelota esa…? Pero eso no es lo que me preocupa, no.
Lo que me preocupa, y si eres mujer debería preocuparte, es la miríada de machos alfa (alguno, más entradito en carnes, es theta) que se arremolina ante la pantalla de la tele para no perder detalle. ¿Qué significa esto? Que tú ya puedes pasearte por delante con un mono de cuero (¡una reproducción en cuero del mono Amedio que cuesta una pasta!) que ni te miran.
En cambio llevan a cabo sus rituales ancestrales. Se abrazan. Cantan (con ese sonido gutural que sólo saben hacer ellos cuando se reúnen en rebaños frondosos). Se dan los ganchitos unos a otros. Saltan. Beben como los peces en el río. Gritan con la voz aguda de quien tiene los testículos atravesados en el cuello cuando les marcan un gol. Pero eso sí, manteniendo su machosidad (¿o es machosismo?) en todo momento. Oliendo a pino.
No quiero malmeter pero cambiamos a los jugadores por One Direction y a los forofos por adolescentes de hormonas revolucionadas y sólo se nota la diferencia porque la proporción de ropa rosa sube en un 40%.
Bueno, a lo que iba… ¡Que estos están a un paso de liarse entre ellos y pasar de nosotras, ni mono Amedio ni leches! En cuanto descubran que hacer una pizza en el horno no requiere hacer un módulo de 2 años con prácticas en unos altos hornos estamos perdidas. Se terminarán los días en que ellos bajaban la basura…
Bueno, vale, he exagerado un poco, he tirado de estereotipos y sois unos tíos muy cultos y leídos. Nosotras tampoco estamos para haceros pizzas, ¿ok? Pero seguís mirando babeantes el culo de los futbolistas.
¿Cómo? ¿Que a ti no te gusta el fútbol? Pues deja tus datos de contacto en un comentario, que más de una te va a saltar a la yugular. Yo no, que me voy a ver el partido. A… admirar la perfección del esférico.