Esta noche a las 3:00 AM serán las 2:00 AM. Sí, una tontería como otra cualquiera para que se haga de noche más pronto, cosa que me encanta porque tengo más tiempo para salir a asaltar viejunas de bolsos cargados de caramelos respirol. Sí, es muy gratificante salir de trabajar y que sea de noche. Quedar con alguien a tomar un café por la tarde y que no haya luz. Llevamos todo el año esperándolo.
Pero si te deprime que se haga de noche más pronto, no te preocupes. El frío polar hará que se instale un carámbano en tu napia de día y de noche. Muy útil para hurgarte entre los dientes, todo hay que decirlo, pero tiene menos sex-appeal que pintarse una calabaza en el culo (sí, lo he visto. No comment).
Son esas cosillas que tiene el invierno, que no está aquí pero su sombra alargada, fría y huesuda… Ay, no, esa es la sombra de mi suegra. En fin, que se acerca inexorablemente, así que ve guardando el bañador en lo más profundo del armario, en el rincón de las estalactitas, los pececillos de plata de origen albano-kosovar (¡imposible terminar con ellos!) y el monstruo del pantalón de pana. Que no vas a necesitarlo en tiempo.
¡Pero no todo es malo en invierno! Con la excusa del frío cercano al cero absoluto (cero sin posibilidad de ir a septiembre, ni con jamón ni con nada. Ceraco) te acucurrucucú a ese torso, ese culo… Ejem… Esa persona de gran corazón, quiero decir, que quieres enfilar en un rincón oscuro, y le metes las manos por dentro de la chaqueta, penetrando como quien recibe un guantazo en el microclima sobaquil que reina en el interior. No te apures, seguramente tengas un trancazo infenal y no puedas oler nada. La naturaleza es sabia.
¡Bueno, pues eso, a acucurrucucarse!
Al otro lado de las llamas 