Te preguntarás por qué últimamente ya no posteo tan a menudo. ¡Es que me faltan horas! ¿Quién habló de la descansada vida de madre curranta que participa en la obra de teatro de navidad de la guardería? ¡Que lo mato!
Este lunes ha comenzado inmejorable: con frío, lluvia y saliendo de casa a currar cuando todavía es de noche. ¡¡Así da gusto irse a descuartizar gente!! Respiras hondo y se te mete una rana on the rocks por la napia, es maravilloso…
Respecto a mi novela “Al otro lado de las llamas”, me he lanzado a un último repaso exhaustivo (ya me sé la novela de memoria) a la caza de gazapos, gazapillos y gusarapos de esos que siempre se escapan cuando escribes. Las ventosidades no me preocupan porque se las lleva el viento y aquí no ha pasado nada. Sólo espero no perder la razón por leer uuuuuna y otra vez… uuuuuna y otra vez… UUUUUUUUNA Y OTRA VEZZZZZ las mismas líneas.
¡Tilde choricera a las cinco en punto! ¡A cubierto!
En cuanto termine lo envío a la imprenta y que cobre vida en forma de robot gigante que sepa judo y friegue los platos (lo sé, lo sé, es de una originalidad rigodona difícil de encontrar)… También saldrá en formato libro, con forma de ladrillito, negro, sobrio, elegante, lleno de letras y ácaros. Como a ti te gusta.
Entre tanto puedes leerlo en ebook, que es más barato, más ecológico, e incorpora una tecnología que dispara las letras en spray hacia tus ojos (¡¡¡los casos de cataratas sólo se dan en el 47% de los lectores, menos de la mitad!!!). Aprovecha ahora y llévate por un módico precio unas zapatillas donde podrás hacer rebotar huevos peludos desde 2 metros de altura.
¡¡¡B-sotes!!!