He tenido una idea feliz. Dicen que la ignorancia es la felicidad, así que sospecho que es una idea muy tonta… Pero después de todas las paridas que he puesto por aquí, da igual, yo a lo mío (y como te descuides, a lo tuyo, en plan político). La cosa va de amor, pasión, lealtad, respeto, romanticismo… ¿Por qué leches tiene que durar el matrimonio para siempre?
Por el amor de dios, si no sé ni lo que voy a cenar esta noche, ¿cómo voy a comprometerme con un cuscurro de culo prieto de por vida? Yo propongo el matrimonio de 5 años renovable (se oye una fanfarria triunfal). ¡Es fantástico! Un@ se casa con su cuscurr@ y lo quiere, lo odia, lo muerde, lo ignora, lo manosea, trata de explicarle la diferencia entre Kant y “Mujeres y Hombres y Viceversa”, se lo lleva a Estambul, a Lanzarote y a Andorra (nos vamos quedando sin presupuesto, ¿eh?)… ¡Oh! Ya han pasado 5 años. Qué cansancio de cuscurr@, ¿no? No te ha convencido.
Y ahora llega el momento en que tienes que explicarle a esa media naranja que no encaja contigo porque tú eres media sandía. No entiende que no sois la misma fruta, así que remites al cítrico en cuestión al oculista. Mientras, el contrato matrimonial se autodestruye en medio de una llamarada que casi deja al hámster como una salchicha de Frankfurt. Como en Misión Imposible, NENG.
Que resulta que no, que te has casado con una rana encantada (y sí, se la ve encantada de la vida…) y queréis renovar… Pues una firmita por aquí, una huella de anca por allá, y tenéis 5 años más de amor y lujuria que de momento no viene recogida en el código penal. Pero todo se andará, esas cosas son muy feas de hacer a un anfibio, que lo sepas.
¿Amantes de las ceremonias? Pues te casas por la iglesia, a los 5 años por lo civil, luego por lo penal, por el rito balinés… Yo te recomiendo que empieces por lo más raro, no sea que te toque celebrar las bodas de oro dando el sí quiero en pelota picada dentro de un iglú. Es poco elegante cuando tienes 80 años, y desagradable para los huesos.
Por cierto, mientras esperas el divorcio espontáneo te recomiendo una buena lectura: “Al otro lado de las llamas”. No solo te encantará, sino que te ayudará a sobrellevar los croos nocturnos.
PD: Para mi marido. Esto no va por ti, cielo. Los dos sabemos que un día uno de los dos le cortará el nabo al otro y luego se irá con la pasta… A cocinar un plato de macarrones con salsa de nabos, claro. Besis.