Para mí es muy importante el olor de una persona, el olor dice mucho de su forma de ser. Por ejemplo, un perfume intenso, de esos que luego necesitas mascarilla para recuperar el aliento, indica que eres una persona complicada, intensa, seductora, con ganas de llamar la atención. A veces, con ganas de matar a todo el mundo en un radio de cinco metros a la redonda…
Luego están los perfumes frescos y cítricos, que generalmente a media mañana ya se han esfumado y por eso deberían costar la mitad, pero no cuela. Estos son para gente alegre y desenfadada, de alma joven y liviana que va flotando por el aire, atada con un cordel. Si llevan Nenuco, quizá es que todavía les compra la colonia su madre esquizofrénica. Estos se pasan el día acercándote el cuello: “¿Todavía huele?”, hasta que se cruzan con Boris Karloff y les mete un muerdo que los deja tibios.
Los perfumes florales son románticos, femeninos y sensuales. Los ejecutivos agresivos los usan mucho, para hacer ver que son dulces y suaves justo antes de decir que van a hacer un ERE. Muy efectivo, sobre todo si se pintan las uñas de color coral, para descolocar al personal (es que el color coral no pega con la corbata). Las chicas en edad de merecer se lo echan por litros cuando van a los viajes de Imserso, a ver qué cae. Con suerte, un apuesto galán que no pite al pasar por el detector de metales.
Los perfumes te pueden gustar más o menos, pero siempre es mejor un mal perfume que oler a choto. Hay varias modalidades de chotez: el olor a sobaco, el olor a almeja centenaria, el olor a polilla… A cuál más encantador, te hace pensar en una persona… limpia y considerada, y tu prioridad es alejarte lo máximo posible para… no invadir su intimidad olfativa con tu penoso perfume de Yves Saint Laurent. Y lo peor es que cualquiera le dice que huele como la madriguera de un hámster…
A la gente que huele a humanidad en cualquiera de sus variantes no hay que pedirle que se ponga perfume, es contraproducente. El perfume y el olor a perro muerto son fuerzas antagónicas que se entremezclan en una nube tóxica y asesina. No, hay que empezar por algo más básico, dos cositas que cambiarán su vida: una ducha y ropa limpia. ¡Tachán!