Estoy intentando decidir dónde me voy de vacaciones este verano. Sí, ya sé que tendría que haberlo reservado en enero, pero a mí no me sale pensar en playas de arenas doradas y compresas flotando en el agua cuando llevo tres cuellos altos gorrito, guantes y bufanda. Ahora, ahora que puedo disfrutar de la ola de calor en todo su apogeo, es cuando me apetece irme a… ¡¡a un lugar donde sea invierno, leñe!!
Primero tengo que decidir mis objetivos: ¿Me voy al extranjero o me voy más cerquita? Irse fuera siempre es más glamuroso. Luego cuando lo cuentas, la gente babea de envidia correosa, pero tú y yo sabemos que cuando te caes al suelo y todo lo que sabes de idiomas es “pupa pie” mientras señalas tu pinrel, que ha ido a parar a cinco metros, ya no hace gracia.
Otra cosa importante: ¿Qué quiero, playa, montaña, una ciudad para patear, una ruta por varias ciudades…? Bueno, depende de con quién vaya. Si visito una ciudad con congrios de cero a cinco años, me dan un vale de diez sesiones de psicoterapia para después. Pues no, no voy a invitar a todos los críos del bloque… Me voy con mi pareja. Tengo que encontrar un equilibrio entre hacer actividades de día y que de noche, el mandril este CUMPLA.
Nada de llegar al hotel en modo zombi y dejarse caer a peso sobre la cama, inconsciente y oliendo a ganador de maratón. ¡Ni hablar, para esto no me he traído la maleta de las esposas y los látig…! Ejem, esto no viene a cuento… Vamos, que tenemos que ir a un sitio emocionante, pero no demasiado. Con cosas para visitar, pero que estén cerquita, que no sean muchas, que las veas en dos minutos…
Ya está. He reservado avión más hotel en Liliput. Todo está a dos pasos y dicen que cuando consigues desatarte, la gente es muy maja. ¡Y tiene playa! Bueno, teniendo en cuenta que ya vivo al lado de la playa, estoy TAN emocionada… La única pega es que en la cama del hotel solo me cabe un pie. Siempre y cuando no me salga un juanete…
Por si te interesa, me estoy peleando con la tapa de Lúa, creo que al final voy a poner una foto de un gato negro en un pozo de petróleo y arreando…
Al otro lado de las llamas 