Ahora lo veo todo claro. He sentido cómo mi alma se separaba de mi cuerpo y se elevaba por encima del aire viciado de la ciudad. Desde allí… es como si se hubieran desvanecido las interferencias de la gente, del ruido, de los coches, y sólo quedaran mis pensamientos, limpios y puros. Se me ha revelado el sentido de la vida, el secreto de la felicidad. Tengo que volver para compartir mi descubrimiento. Comienzo a descender con una leve sensación de pérdida que se acentúa a medida que me acerco al piso cochambroso donde me espera mi cuerpo. Me lo quedo mirando, reticente a entrar otra vez en ese recipiente feo y sucio que soy yo. Al final me meto con resignación. Me incorporo mareadísimo. He olvidado algo importante. El sentido de nosequé… Mi camello me mira.
– ¿Es buena o no es buena?
– Es de primera, nano.
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No sé si te ha hecho gracia o no pero éste es uno de los micros que más me han gustado, todavía me río cuando lo leo. Está inspirado en «Trainspotting» y en «Gandía Shore» (en lo que sale en los zappings, más que suficiente para que mi cerebro se haga el hara-kiri), un retrato de la crema y nata de la sociedad.
Por cierto, no me drogo, sólo tomo té y cuando pasa demasiado rato en el agua, digo tonterías. Un día me dio una taquicardia y todo (el té rojo se pasó más de 15 minutos en la taza, reconcentrándose con toda la mala intención del mundo), parecía Speedy Gonzales.
Me sale muy barato, el tema…
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es muy interesante