Hoy estoy supercansada, tenía la idea de llegar a casa, abrir la nevera y comerme lo primero que cogiera (¿una carcasa de pollo cruda? Pues venga… Joer, está fibrosita), y dormir hasta que Miley Cyrus deje de chupar martillos. Pero no, llego a casa, como lo primero que pillo (¿una zapatilla? Pues hala… ¡Mira, si lleva chicle!), me voy a la reunión del cole, voy a comprar con el congrio, llego a casa y…
Me pongo a hacer gazpacho (¿???) y croquetas (¡!!!!!!). Como bien has podido comprobar, ambos son productos que puedo comprar cómodamente preparados, envasados y regurgitados en el súper, pero a mí me gusta más hacerlos yo, porque así les doy forma de Hello Kitty. No sabes tú lo que cuesta darle forma de Hello Kitty al gazpacho…
Y todo esto precisamente el día que me he quedado dormida en el metro mientras le robaba la cartera a un chavalote. Iba tan cansada… El chico me ha despertado y me ha preguntado que si había encontrado algo, que podíamos ir a medias y tal.
Todo esto, que en conjunto no tiene sentido, me preocupa sobremanera, porque me recuerda a la típica abuela. Esa abuela cansada y con dolores hasta en la cera de los oídos que ahora está barriendo, ahora está haciendo un cocido, mientras se cuece zurce un par de calcetines (y les borda una rosa en el tomate. Conmovedor) y luego, mientras duerme, saca guisantes de su vaina. No para, no para, y tú que vienes de comprar el pan y ya te arden los pulmones…
Puto pan del Himalaya…
Yo antes, si estaba cansada me desparramaba sobre el sofá y parte del extranjero nada más llegar a casa, que luego había que recogerme con una bayeta. Y si no estaba cansada, me lanzaba energéticamente sobre la cama para echar una siesta, que estas lorzas no van a mantenerse solas. Pero ahora no sé por qué, mírame, mientras se enfría la masa de las croquetas hago el post y de reojo compruebo que el hámster haga girar su ruedecita a 70 revoluciones por minuto porque ha estado comiendo más pipas de la cuenta. Y cada pipa me cuesta un dinero, creo que le voy a comprar tabaco de liar.
Estoy preocupada. Me hago vieja.
Por cierto, un amigo me ha pedido que le ponga un poema en el post. Ahí va:
El trazado
De la carretera
Es una mierda.
Es un haiku a la finlandesa con rima asonante. Para El Piloto Jim (buscad sus libros, son la hostia!!)
Por cierto, te dejo otro capítulo de Lúa (a falta de un nombre mejor).
Gracias por el haiku, pensaba que era un yogurt (yo diría que alguna vez tomé haiku benecol).
Gracias también por la recomendación de las aventuras del piloto Jim.
¿Un gazpacho Hello Kitty es un gazpacho rosa?
Las abuelas suelen estar muy despiertas en el metro, sobre todo cuando van a la caza de un lugar libre…
Lo prometido es deuda, con un poco de morapio me ha salido mi faceta más poética y… Me he emocionado y todo. Es tan… tan… mierdoso…
Por cierto, hablo de darle al gazpacho forma de Hello Kitty, no color rosa, ¡no seas raruno! 😉